La leyenda de la fundación de Praga
Una tarde de verano, al ponerse el sol, la princesa Libuše, Přemysl y el séquito contemplaban el paisaje desde las murallas del Castillo Alto (Vyšehrad). Entonces Libuše extendió las manos hacia las colinas boscosas de la orilla opuesta del Moldava y exclamó:
"Veo una gran ciudad cuya gloria llegará hasta las estrellas. En el bosque encontraréis a un hombre labrando el umbral de su casa. Construid un fuerte castillo en ese lugar y ponedle el nombre de Praga. Y así como los príncipes y los reyes inclinan la cabeza ante el umbral, así los poderosos se inclinarán un día ante la ciudad que se construirá bajo el castillo."
Y sucedió lo que Libuše había predicho. El castillo de Praga se convirtió en la sede de los príncipes checos y, más tarde, de los reyes checos. Y hasta el día de hoy, gente de todo el mundo se inclina ante la belleza de la ciudad.